Tomando como detonador el colapso argentino del 2001, popularmente conocido como “El corralito”, reflexiono acerca de las formas que adopta lo épico, sus significados y repercusiones a través de la historia.
Las imágenes que componen el proyecto son extraídas de archivos digitales de dominio público, principalmente compuestos por videograbaciones que contienen registros de violencia política y social acontecidos durante el trágico diciembre de 2001. Los fotogramas son impresos e intervenidos con tinta a excepción de una parte. El remanente de tinta pasa al otro lado del papel y se manifiesta dando lugar a una forma aislada que pretende generar un arquetipo.
Al fijar mi atención en un instante y extraerlo de la línea de tiempo, desactivo la función principal del video como medio informativo, cuestionando su veracidad y las consecuencias que genera en la construcción del imaginario colectivo actual.
«La Forma y la Épica es un proyecto visual que intenta desmenuzar parte de los lugares por los que, de manera inculcada y muchas veces poco consciente, transita nuestra idiosincrasia como ciudadanos. Verónica interpela las imágenes que nos circundan y despliega una reflexión radical: ¿Qué engaño constitutivo está involucrado en los mensajes del poder? Ella rota las imágenes colectadas, las transmuta develando lo que contienen. Nos hace cómplices, nos interpela, nos pide que seamos activos en nuestra mirada, responsables de qué miramos, adónde, y qué hacemos con eso que miramos. Nos muestra que la imagen es información, y esa información está “dedicada” a una forma de pensar y sentir, a una sensibilidad previamente educada para tal fin, que las consume sin reflexionar.
El material tiene su origen en la crisis argentina del 2001; ella vivió lo acontecido con el desgarro propio del exilio y el ojo agudizado de quien entiende algo más allá del dolor. A partir de allí se dispuso a revisar parte de la historia argentina coleccionando imágenes de dominio público e indagando sobre su función. Es entonces que Verónica nos convoca a mirar imágenes actuales evocando aquellas con las que nos han educado y que fueran ejes en la construcción de las naciones modernas, y nos dice: – Ten cuidado, mira bien si puedes, porque es en ellas donde vive la traición. Su trabajo no nos deja descansar en el intento mecánico de dilucidar si la imagen es verídica o falseada; sabemos que esta desconfianza como única reflexión no es más que la ficción de una certeza que nos necesita distraídos para poder seguir moldeando nuestra sensibilidad. Por suerte existe lo hermosamente in-apresable, lo insurgente, de lo que este trabajo es un muy buen ejemplo.»
Rosana Simonassi, Buenos Aires, Octubre 2019.